miércoles, 22 de octubre de 2008

taparse los oídos

Cuando éramos niños y no queríamos escuchar algo, bastaba con taparnos los oídos y decir: "lalalala". 
Éramos niños. Lo podíamos hacer.
De mayores, todo cambia. Incluso esto. Si alguien dice algo que no te gusta, tienes que ser educado y escuchar. No quiero imaginar la cara del que habla si nos tapáramos los oídos y "lalalalala"...
Pero hay días, en que, aunque no quieras, lo oídos se te tapan. Y no puedes hacer nada por destaparlos. Y te encuentras escuchándote a ti mismo tooooodo el día. Un ratito está bien; siempre es bueno escucharse. Pero llega un momento en que te cansas de ti mismo. Acabas encontrándote pedante, aburrido, incluso maleducado. Porque como sólo te oyes a ti, te parece que hablas más fuerte que los demás. Y a esto yo lo llamo prepotencia.
Quizá, cuando nuestro cuerpo nos quiere dar una lección de humildad, nos tapa los oídos y nos hace escuchar las tonterías que decimos. Así, aprendemos a medir nuestras palabras y nuestro ego.

6 comentarios:

Ciudadano B dijo...

A mí me pasa al contrario: necesito taparme los oídos para escucharme, saber lo que quiero, saber cuales son mis anhelos... y es que en plena era de la comunicación, a veces necesitamos dejar de comunicarnos entre nosotros para escuchar esas verdades que nos decimos en voz baja a uno mismo.

Saludos.

A.B.

Alberto Ramos dijo...

Yo también me resulto maleducado, sobre todo cuando me mando callar a mí mismo.

ariadna dijo...

yo suelo insultarme con excesiva facilidad... pero qué cosas, aún y así me caigo bien :)

ana dijo...

sea como sea, lo que está claro es que somos mas importantes para nosotros mismos de lo que queremos admitir, ya sea porque queremos escucharnos, porque nos resultamos maleducados o porque nos caemos bien.

Unknown dijo...

Odio eso.Odio callar cuando quiero gritar o cuando no me importa nada de lo que me dicen,o no estoy de acuerdo.-
por eso,seria gnial volvr a ser niños.
saludosss

ana dijo...

Maga, tienes toda la razón: Me encantaría tener los cojones de volver a ser una niña y hacer lo que me diera la gana, no lo que se supone que tengo que hacer... Desde que se inventó lo de ser "políticamente correctos" se nos ha acabado la libertad...